Todos los destinos, 2015
Amplifiqué el tamaño de un avioncito de juguete, del que se usa en los cumpleaños infantiles. Luego los coloqué sobre mástiles programados con luces, para que de noche pareciera que vuelan en círculos. Este trabajo enfatiza la paradoja del viaje: no importa cuánto nos movamos, todos los destinos conducen a uno mismo.